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noche del 19 julio 2011

miércoles, 20 de julio de 2011
Ayer sucedió algo, que si bien para alguien fue uno de los mayores sufrimientos que vivirá...por lo menos este mes, para mi fue un...digámoslo...iluminación. Yo nunca he sido de esas personas que frente a un momento de estrés lo primero que hace es correr, gritar o llorar, muy por lo contrario, suelo reaccionar de forma funcional, más si lo que está aconteciendo no incluye a ninguna persona/animal cercano a mi. Lo que me parece asombroso es que hasta recién ayer me di cuenta que funciono así.

Eran cerca de las 9:30 de la noche, partía hacia mi casa luego de haber tomado once con una amiga. Cuando llego a la esquina de San Pablo con x calle (estaba manejando) y me encuentro con un perrito tipo poodle, asotándose en mitad de la calle, segundos antes había sido atropellado. A lo único que atiné fue a ponerme atrás de él, detenerme y poner las luces de emergencia, para que ningún otro auto (que eran muchos que venían atrás mio) le pasara por encima y para que Daniela (nombre imaginario), a la dueña queste perrito persiguió, pudiera tomarlo y llevarlo a la vereda. A penas me bajé del auto y me acerqué comencé a funcionar de la forma que nunca me hubiera imaginado: medí signos de forma súper precaria (a puro tacto), pero lo hice, tomé reflejos...y nada, el perrito ya había muerto en cosa de segundos. Lo único que quedaba era calmar y cuidar a la dueña, además de esperar a que la fueran a buscar.

Puede que para el que lea esto sea una webada, pero no se imaginan la alegría que tuve después de toda la triste situación y darme cuenta que en ningún momento existió esa puta angustia que temo tanto.

Once OST - Lies

martes, 5 de julio de 2011

Cantilo y Cerati - Eiti Leda (cover Serú Girán)

lunes, 4 de julio de 2011
Y realmente quiero que te rías...